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Amigos, Música, Personal

A Mis Amigos (Alberto Cortez)

Hace tiempo recibí una muy buena noticia, un cambio de vida, y en esta semana he estado despidiéndome de conocidos, hablando por teléfono y recordando amigos y amigas con los que hace días no hablaba.

Han reaparecido amigos, deseándome buen viento y buena mar; han reaparecido amigas, deseándome alegría y felicidad. He salido, tomado y tertuliado con amigos de hace 20 años, 10 años o 2 años, pero que son amigos de toda la vida.

La familia siempre está y estará ahí, con mi familia siempre he sido muy unido, pero no muy «empalagoso», con la familia cuento, y ellos cuentan conmigo, pero desde hace varios años, la familia no me da la confianza que me dan mis amigos. Tengo buenos amigos, (aunque algunos crean que no lo son).

Esta semana he sentido nostalgia, no por el hecho de irme lejos, no por alejarme de mi familia o por alejarme de mis amigos, sino porque he tenido oportunidad de hablar con amigos con los que no hablaba hace días o meses o años, y la razón ha sido mi viaje. Amigos que estarán conmigo siempre, así no hablemos casi nunca, amigos con los que estaré siempre, así no nos volvamos a ver nunca. Espero que así no sea, espero que nos veamos de nuevo, pero… uno no sabe que pasará.

Me da nostalgia, no por irme a otro país, sino por que llevo tiempo sin ver o hablar con estos amigos.

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A mis amigos les adeudo la ternura
y las palabras de aliento y el abrazo;
el compartir con todos ellos la factura
que nos presenta la vida, paso a paso.

A mis amigos les adeudo la paciencia
de tolerarme las espinas más agudas;
los arrebatos de humor, la negligencia,
las vanidades, los temores y las dudas.

Un barco frágil de papel,
parece a veces la amistad
pero jamás puede con él
la más violenta tempestad
porque ese barco de papel,
tiene aferrado a su timón
por capitán y timonel:
un corazón.

A mis amigos les adeudo algún enfado
que perturbara sin querer nuestra armonía;
sabemos todos que no puede ser pecado
el discutir, alguna vez, por tonterías.

A mis amigos legaré cuando me muera
mi devoción en un acorde de guitarra
y entre los versos olvidados de un poema,
mi pobre alma incorregible de cigarra.

Un barco frágil de papel,
parece a veces la amistad
pero jamás puede con él
la más violenta tempestad
porque ese barco de papel,
tiene aferrado a su timón
por capitán y timonel:
un corazón.

Amigo mío si esta copla como el viento,
adonde quieras escucharla te reclama,
serás plural, porque lo exige el sentimiento
cuando se lleva a los amigos en el alma.

Acerca de Colombiano

Ingeniero de Sistemas, esposo y papá colombiano. Inmigrante. Vivo con mi familia en Australia.

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